En agricultura se persiguen constantemente tres finalidades: la optimización de los recursos, la obtención de grandes resultados a la hora de producir y la preservación del ecosistema. En esta línea, el riego por aspersión se define como un sistema de riego a presión que, mediante la aplicación de agua en forma de lluvia o rocío de forma uniforme en todo el terreno, alcanza una cuota de entre un 80 y un 85% de eficiencia.
En España, el riego por aspersión sigue siendo unos de los sistemas de riego a presión más importantes y utilizados debido a su amplio uso en el sector agrícola. Por ello, este sistema de riego juega un papel cuantitativo esencial dentro del sector del riego nacional.
Como hemos mencionado anteriormente, el riego por aspersión es un sistema de riego a presión que implica una lluvia uniforme cuyo objetivo es la infiltración en el mismo punto donde caen las gotas. Mediante este tipo de riego podemos irrigar extensiones más amplias de terreno con menor agua que otros métodos como el de inundación.
A través de dicha aspersión, podemos producir una lluvia uniforme que se esparce por toda la parcela. Además, podemos controlar la intensidad y la frecuencia del riego para asegurar que se infiltre agua hacia el subsuelo antes de esparcir más líquido. De esta forma, se evita que el agua quede en la superficie de la tierra y acabe evaporándose sin ser aprovechada por las plantas.
Dividimos el sistema de riego por aspersión en dos grandes tipos:
1.Sistemas estacionarios que a su vez pueden ser:
2. De desplazamiento continuo, divididos en:
Como hemos mencionado anteriormente, los sistemas de riego mediante pívots son desplazables, es decir, son sistemas móviles que permiten regar grandes superficies. Estos han evolucionado notablemente a lo largo del tiempo diferenciándose entre pívot circular, trasladable, córner o lateral.
En conjunto, los sistemas de riego por pívot tienen una serie de ventajas, las más destacadas son las siguientes:
No obstante, también debemos tener en cuenta algunos inconvenientes como que los tiempos de riego resultan más largos, factor que podría suponer un problema en aquellas zonas con limitaciones horarias de riego. Además, el mantenimiento del pívot es costoso.
El riego por aspersión es uno de los sistemas de riego que proporciona más ventajas durante la fertirrigación. Debemos tener en cuenta que, si los cultivos se encuentran en una superficie irregular, tendremos que utilizar un sistema de riego por aspersión que pueda simular una lluvia natural a través del uso de aspersores. En este caso, los equipos de fertirrigación deben facilitar bajas concentraciones de fertilizantes y evitar quemaduras en los follajes.
Otros sistemas de riego aptos para la fertirrigación son el riego por goteo (suministro del agua en forma de gotas que alcanzan una mayor humedad en las plantas) y el riego por microaspersión (mediante la microaspersión se logra un mayor caudal y un mejor alcance).
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