Uno de los factores cruciales para un buen desarrollo de las plantas es ajustar la dosis de fertilización y abonado, ya que tanto el exceso como la carencia resultan perjudiciales para el cultivo. Para poder realizar un buen cálculo de fertilizantes y abonado en la cantidad más conveniente y elegir el tipo de abono más adecuado, primero debemos determinar las necesidades nutricionales del cultivo.
El abono es aquel material que las plantas pueden asimilar como alimento. Si bien en el medio natural las plantas pueden alimentarse de materia orgánica que les llega como resultado del deterioro de otros vegetales o animales, en el cultivo es necesario suplir esta alimentación con aportes que el cultivador tiene que añadir.
Para ello hay dos opciones: utilizar materia orgánica y abono químico. No obstante, el aporte de materia orgánica cuenta con varios inconvenientes como no poder saber qué elementos aportamos a la planta y cuáles no, o volver el medio de cultivo poco drenado, factor que hace más susceptible a la planta de adquirir infecciones y cambia el pH dificultando la absorción de nutrientes. En cambio, el medio químico podemos aplicarlo con plena consciencia de su composición y conocer previamente los niveles de absorción que puede tener la planta.
Como hemos avanzado, el primer paso para realizar un buen cálculo de fertilizantes y abonado es saber qué necesidades nutricionales tienen los cultivos. Esta necesidad varía en función de la cosecha esperada, ya que no gasta lo mismo una planta que produce mucho que una que lo hace poco.
Para calcular la necesidad nutricional de un cultivo, debemos ajustar la dosis de fertilización al máximo de cosecha que podríamos obtener según lo previsto. De este modo, aportaremos el abono necesario para satisfacer el máximo que la planta puede absorber.
Separamos los fertilizantes en dos grandes grupos:
El sistema de fertirrigación de ITC logra una mayor producción con un menor consumo de fertilizantes ya que sus bombas dosificadoras alcanzan una precisión quirúrgica en la dosificación.
En esta línea, mediante las bombas dosificadoras de ITC se alcanza hasta una reducción del 20% de los volúmenes de fertilizantes manejados, a la vez que una mayor precisión volumétrica en la dosificación y mayor rapidez y estabilidad en la obtención de lecturas EC y pH.
De esta manera, se reducen los costes operativos con una inversión igual a otras tecnologías, como los tradicionales Venturi, consiguiendo un aumento considerable del beneficio neto de la explotación.
Las bombas dosificadoras de control avanzado de ITC aplican de forma rigurosa y exacta los balances de nutrientes óptimos para el cultivo en cada momento de su desarrollo. Así, evitamos mermas que puedan derivar de carencias o desequilibrios.
Además, las bombas de ITC mantienen un control de los volúmenes y los caudales aportados al riego, independientemente de la densidad o viscosidad de los fertilizantes, la presión o velocidad del agua en el punto de inyección, o la altura del producto en el tanque de origen.
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