ITC comenzó su viaje hace más de 30 años, naciendo como cooperativa y siendo una de las primeras empresas en España en la introducción del riego localizado, cuyo propósito era, ya en aquellos tiempos, la reducción del consumo de agua en los cultivos y apostando por una gestión más optimizada de los recursos en la agricultura. De aquí surgió la idea de crear ITC tal y como hoy la conocemos.
Anton Planas fue uno de los principales fundadores hasta llegar a asumir la gerencia y, más tarde, la presidencia de ITC. Hemos hablado con Antón para que nos cuente su historia; desde la fundación de la compañía hasta la marca que conocemos actualmente.
Empezaste tu viaje con ITC como director Comercial, ¿cómo recuerdas esta etapa?
Con nostalgia, en aquellos tiempos no existían ni móviles, ni internet, ni, por supuesto, tarjetas de crédito, y todo esto nos obligaba a viajar casi como si fuera una aventura. La información de la que ahora disponemos casi al segundo, tanto de la evolución del mercado como de nuestros clientes o competidores, antes necesitaba un estudio de horas o días, utilizando fuentes de información que ya prácticamente no existen.
¿Cómo ha cambiado la compañía a través de estos 30 años de historia?
Obviamente ha crecido, tanto en recursos humanos como en tecnología, y nos hemos posicionado como líderes en sistemas de fertirrigación. Me siento orgulloso de constatar que el espíritu con el que comenzamos esta andadura se mantiene a pesar de los años.
ITC ha ido evolucionando y ampliándose con los años, ¿qué papel ha tenido la exportación en el desarrollo de ITC?
Desde el primer día, ITC nació como empresa con una visión global y ha sido un papel crucial en nuestra evolución, tanto a nivel de crecimiento, con mercados tan lejanos como Australia o Sudáfrica, como en conocimiento de mercados extremadamente complicados como EE. UU. Al mismo tiempo, nos ha permitido aprender otras tecnologías y cómo se trabajaba en otros países y adaptarlo a nuestra realidad, de este modo, hoy en día, nos vemos preparados para trabajar en un mundo donde prácticamente no existen barreras comerciales.
Durante estos últimos años, muchos sectores han tenido que digitalizarse. ¿Crees que esta digitalización también se ha producido en el campo de la agricultura?
La digitalización se ha producido en todos los sectores, y obviamente la agricultura, que es un sector estratégico en la alimentación mundial, también.
Hoy en día la producción agrícola se ha transformado en una empresa de la industria agrícola, utilizando todos los recursos tecnológicos disponibles y en todos los campos. No es extraño ver “drones” en grandes cultivos, estaciones meteorológicas conectadas directamente a satélites, sensores que nos indican el estado “on time” de la plantación; estadía de cultivo, necesidades hídricas, necesidad de nutrientes, enfermedades, etc. todo ello conectado a plataformas virtuales que ya toman decisiones a través de inteligencia artificial.
Al mismo tiempo, la reducción de la huella de carbono, el impacto ambiental y la optimización de recursos hídricos y energéticos son un objetivo constante en nuestra empresa.
¿Cuáles son los valores más importantes que intentáis trasladar desde ITC y cómo afecta esto a la hora de relacionaros con el cliente?
Respeto y una actitud proactiva tanto en la relación con los compañeros de trabajo como con clientes y proveedores.
Es sabido que la actitud que se respira en una empresa se transmite al exterior, a nuestros clientes, proveedores y colaboradores y seguramente por esto, ITC es una empresa muy bien considerada en nuestro sector.
ITC es una empresa comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible “ODS” establecidos por las Naciones Unidas en el 2015, es por ello que se realizan acciones en las que todos los empleados colaboran activamente para su cumplimiento.
¿Cuáles han sido los principales hitos que ha logrado ITC a lo largo de estos años?
Conseguir ser un referente en los sistemas de fertirrigación a nivel mundial.
También cambiar y dignificar la idea que se tiene de la agricultura y del agricultor rural a un agricultor tecnológicamente preparado en campos tan diversos como la telecomunicación, digitalización de sistemas o inteligencia artificial por citar algunos.
¿Dónde se encuentra posicionado ITC actualmente y hacia dónde avanza?
Como he comentado, somos referentes en la fertirrigación, y somos conscientes que la agricultura, y por tanto la alimentación, tiene que hacer una revolución tecnológica a nivel mundial para estar preparados para el suministro de alimentos a una población en crecimiento que se prevé para el 2050 de más de 9.000 millones de personas. Esto nos obliga a mantener un departamento técnico en constante evolución, colaboración permanente con universidades y centros tecnológicos y dedicar buena parte de nuestros recursos a esta actividad.
¿Recuerdas alguna anécdota divertida con el equipo de ITC?
Más que una anécdota, lo que puedo comentar es que yo empecé en esta actividad donde una llamada telefónica estando de viaje requería horas de espera en un hotel con una comunicación nefasta, y no siempre comprensible, a un precio a veces, superior al coste del hotel. Hoy en día esta comunicación la llevamos en el bolsillo, con video y transmisión de documentos incorporado.
Han pasado 30 años… Imagínate los próximos 10 años.
Como hemos podido ver, ITC desde el principio ha sido un ejemplo de constancia y valores. Ya hace más de tres décadas desde su fundación y hoy en día sus soluciones de fertirrigación siguen aportando y mejorando procesos tan valiosos como el riego y ayudando a una gran multitud de sectores relacionados con el agua
A lo largo de estos años, ITC ha conseguido grandes logros y resultados, evolucionando y mostrándose como una marca referente. Bajo la dirección de Anton Planas se han alcanzado metas de gran valor como la digitalización de las bombas dosificadoras, la expansión de la empresa a través de una nueva sede en el 2018, o incluso mejorar notablemente el nivel de ventas, cumpliendo un récord en la historia de la compañía.
Todo esto ha sido posible gracias a la dedicación y visión de Anton Planas, quien se despidió de ITC este mes de julio, demostrando ser un ejemplo para todos sus compañeros de Impulso, Tenacidad y Compromiso.